Se debe usar siempre que se sospeche la posibilidad de la lesión cervical. Las características del collarín cervical deben ser:
1. Debe apoyar el peso de la cabeza en posición neutra.
2. Debe evitar los movimientos laterales, rotacionales y anteroposteriores de la cabeza.
3. Debe ser cómodo, translúcido en las radiografías y compacto
4. Fácil de colocar
5. No debe alterar la posición ni la función de estructuras importantes de las vías respiratorias, ni afectar de manera adversa la circulación cerebral.
6. Diversidad de tallas.
TIPOS:
Blandos (goma-espuma o plástico)
Semirrígidos
Rígidos:
- Thomas
- Philadelphia o SOMI
FORMA DE COLOCACIÓN
1. Explorar el cuello buscando posibles cambios de coloración, deformidades, pulsos carotídeos...
2. Estabilizar la columna cervical, colocándola en posición neutra (deja un hueco entre el occipucio y la vertical, que evita una hiperextensión del cuello). Las manos del rescatador se deben colocar alrededor de la base del cráneo, y sosteniendo la mandíbula con los dedos índice y medio, y el occipital con los pulgares y las palmas. En ocasiones es necesario realizar una tracción suave para levantar la cabeza del paciente, hasta que los ojos queden mirando al frente, para facilitar la inmovilización.
3. Elegir el tamaño y tipo de collarín a utilizar (si es pequeño puede comprimir vasos y facilitar la flexión y si es grande no inmovilizará). Medir la distancia entre el músculo trapecio y borde inferior de la mandíbula. Tener en cuenta que algunos collarines, para facilitar su almacenaje vienen sin montar completamente. No es tan raro encontrar collarines ``a medio montar´´ colocados en cuellos de pacientes.
4. Retirar pelo, ropa cadenas... que puedan entorpecer la operación de la colocación.
5. Sin que el anterior rescatador suelte la inmovilización manual, un segundo rescatador coloca el collarín cervical alrededor del cuello para proporcionar estabilidad a la columna. A pesar del apoyo que proporciona el collarín, no sustituye totalmente al apoyo que realiza la tracción manual que realiza el primer rescatador.
6. Aseguramos que los elementos de fijación están correctamente anclados.
7. Mantener el sostén manual hasta que se asegure la inmovilidad mediante otros dispositivos de inmovilización.
a) Movilización inadecuada del cuello. Posibilidad de lesiones espinales.
b) Aplicación de talla pequeña, permitiendo la flexión cervical.
c) Aplicación de talla grande, obligando a la extensión cervical.
d) Cierre excesivo del collarín, produciendo incomodidad y dificultad respiratoria.
e) Inadecuado cierre del collarín: desprendimiento del mismo y pérdida brusca de inmovilidad.
Fuente: Actuación de enfermería en urgencias y emergencias, ED. Arán 2010
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